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La fama, a base de golpes

500 Days of Summer

En una escena de 500 Días Juntos, el personaje de Joseph Gordon-Levitt aseveraba que a nadie le gustaba el baterista de The Beatles, a lo que la impredecible Summer, interpretada por Zooey Deschanel, replicaba que por eso mismo le encantaba. Y bien, quitando ese inevitable afán que tienen algunos de sentirse atraídos por lo que no está tan de moda, la verdad es que el pobre Ringo Starr nunca ha gozado de tanta popularidad como el resto de los componentes de la banda con la que se hizo famoso hace más de medio siglo. Ya sabemos a quiénes nos referimos cuando hablamos del cuarteto de Liverpool o de los Fab Four, que en cristiano no significa otra cosa que los cuatro fabulosos. La cuestión es que, a la hora de centrarnos en la banda, el imaginario colectivo parece que sólo tiene ojos para John Lennon y el incansable Paul McCartney y, a no ser que haya mayor interés, pasamos de puntillas por el trabajo de George Harrison. Pero, ¿quién se fija en Ringo Starr? Seguramente, su actuación en los Grammys de 2014 con motivo del 50º aniversario de la llegada de la banda a Estados Unidos no habría sido tan sonada de cara a los medios de comunicación si McCartney no hubiera actuado con él.

Lo peor de todo es que se mezclan churras con merinas, y en demasiadas ocasiones se confunde este asunto con lo verdaderamente importante: su habilidad como baterista. Y hasta en eso hay quienes se atreven a cuestionar su prestigio, víctimas quizás de la ignorancia. Lennon afirmó en una ocasión que Ringo no era siquiera el mejor baterista de The Beatles, aunque es importante señalar que ésa fue una respuesta jocosa a la estúpida pregunta de un entrevistador, quien quiso saber si John Lennon pensaba que Ringo Starr era el mejor tocando la batería del mundo mundial. Cualquiera que esté familiarizado con el humor ácido e irónico del desaparecido artista bien sabe que su declaración no podía ir en serio.

Anécdotas polémicas aparte, y parafraseando una línea de aquella famosa escena de La Vida de Brian (película en la que, por cierto, George Harrison hace un cameo), podemos referirnos a su contribución como percusionista preguntándonos: ¿Qué ha hecho Ringo Starr por nosotros? Para empezar, antes de que los tres miembros restantes de la banda fueran realmente famosos, Ringo ya era una celebridad en su Liverpool natal, en donde tocaba con Rory Storm and The Hurricanes. Tan bueno era en lo suyo que John, Paul y George no dudaron en echar a su baterista Pete Best para poder meter a Richard Starkey, Ringo para los amigos (del inglés ring, anillo, por su desmedida afición por las sortijas). Ahora sí, con su particular señor de los anillos dentro del grupo, la carrera de estos músicos despegó hacia el estrellato.

¿Y qué es lo que lo hacía tan bueno? En lo que a la técnica se refiere, Starr tiene un tempo digno de un metrónomo, lo que siempre era una enorme ayuda a la hora de grabar canciones en las largas sesiones de estudio; podían escoger cualquier sección de las muchas tomas que producían y encajar unas a otras perfectamente. De hecho, el propio Lennon, el mismo que bromeaba con la falta de talento de su amigo, no dudó en elegirlo como percusionista para lanzar su primer álbum en solitario.

El estilo de Ringo para tocar es genuinamente rockero, ya que cambió el tradicional toque militar propio de jazz (orthodox grip, en el argot) por uno en el que las baquetas se sostienen como si fueran martillos. Y sí, hoy quizás esté muy visto, pero no a comienzos de los años 60; ese cambio supuso una modificación en el sonido de la batería, lo que, en consecuencia, le otorgaba más cuerpo dentro de la canción frente al resto de composiciones de rock and roll que se estilaban en aquella época. Además, Ringo no sólo bebía del rock y del jazz, sino también del blues o de la música country, lo que demostraba su enorme versatilidad. Ese gusto suyo tan variado le dotó de una inusitada facilidad para acoplarse a las exploraciones musicales de la banda, una vez que decidieron alejarse del pop y el rock para experimentar con otros estilos, como el rythm & blues, las baladas o incluso una suerte de proto-heavy metal con el tema Helter Skelter. Gracias a su enorme cultura musical, Ringo se atrevía a dibujar nuevos compases y a aparcar el típico 4/4 si la situación así lo requería. Y si bien es cierto que no era muy fan de los solos de batería, en el único que hizo con The Beatles, al comienzo de The End (del emblemático álbum Abbey Road), la ejecución combinada de bombo y timbales es sencillamente perfecta, lo que, una vez más, pone de manifiesto su maestría en el tempo.

Ringo Starr

Dicho esto, podemos por fin desechar la teoría de que simplemente fue un tipo con suerte dentro de una banda de grandes músicos. No es menos cierto que su actividad como letrista fue la menos prolífica durante los años en que tocó junto a John, Paul y George, pero eso no le restaba mérito como músico. Ringo, en lo que tenía que ser bueno, lo era, aunque realmente harían falta decenas de entradas como ésta solamente para mencionar de pasada todas sus facetas, como sus incursiones en el séptimo arte o sus peculiares obras pictóricas a base de brochetazo virtual. Ringo Starr ha sido además una enorme influencia para grandes bateristas del rock, desde Phil Collins a Alex Van Halen, luego no sólo ha sabido brillar con luz propia, sino que también ha alumbrado el camino de un buen puñado de músicos. Aunque qué otra cosa podría esperarse sino de una estrella del rock.